Abandonaban el tiempo de sus familias para atender a las familias de otros. Y eran los primeros en llegar siendo los últimos en irse. Consolaban, y a los consolados nunca se les ocurría consolarlos. Levantaban al caído, mientras sufrían a solas sus propias caídas, porque nadie esperaba que a ellos les ocurriera igual. Negaron una niñez normal a sus hijos, porque la gente siempre esperaba que los hijos de ellos fueran "el ejemplo". Nunca sus esposas pudieron ser quienes realmente eran, porque tenían que ser quienes la gente esperaba que fueran. Sembraron y no cosecharon. Esperaban lo que nunca les llegó, porque lo sembraban para nuestra cosecha sin saberlo. Si hoy puedo mirar más lejos, fue porque ellos pagaron el precio de lo que nunca vieron. Sus lágrimas en oración son el consuelo que recibo hoy. Y las visitaciones de Dios que tiene mi ministerio, son el resultado de las largas vigilias, incesantes oraciones y jornadas de ayunos en quebranto que fueron el sacrificio del altar que sus vidas eran. Ellos pagaron el precio...y yo recibo la recompensa. Pastoreo una linda iglesia. Sus cultos están cargados de gran Presencia. Tengo hermosos hijos espirituales y un horizonte profético maravilloso. Pero nada de eso es la consecuencia de quien soy. Ese es el resultado de lo que ellos fueron. ¡BENDITA SEA LA GENERACIÓN DE PASTORES QUE DIERON SU VIDA ENTERA SIN RECIBIR NUNCA LO QUE ESPERARON¡ ¡SOY YO...QUIEN VIVO SIN MERECERLO EL RESULTADO DE SUS VIDAS SANTAS! ¡GRACIAS...HERMOSOS PASTORES DEL AYER...VETERANOS DE LA MÁS ESPECTACULAR DE TODAS LAS GUERRAS.! ¡LAS DEL GLORIOSO REINO DE LOS CIELOS.! ELLOS FUERON MIS PRIMEROS PASTORES, LUIS ORTIZ ROMERO Y ALICIA HERNÁNDEZ Rubén Arroyo....¡Bendigo todos los días la hora en que el cielo dice...un pastor ha nacido!