”De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” S. Marcos 10:15 “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.” S. Mateo 11:12 No es una contradicción. Tampoco una paradoja. Son dos caras de una misma moneda. Según el primer verso, no se puede entrar a lo que no se recibe, mientras en el segundo verso lo que se recibe en el primero tiene que ser arrebatado en el segundo. Identificar cuándo recibir el contenido del reino y cuándo arrebatarlo...es nuestro reto. Como Pastor de una congregación visionaria, estamos constantemente en una posición de avanzada. Eso demanda de nosotros constantes decisiones donde la sola fe en sus promesas y las palabras proféticas que se nos han dado es el único recurso que tenemos para utilizar. Así que, nuestro margen de tiempo para decidir es corto. Pero es eso precisamente lo que nos facilita la tarea de saber si “recibimos“ o si nos toca “arrebatar”. Si vemos que no llega, entonces es hora de arrebatar. Cuando la biblia afirma que en él “todas las promesas son sí y amén”, lo interpretamos como si el “semáforo siempre estuviera verde”. Así lo creemos, no deteniéndonos...hasta que se ponga en rojo. Rubén Arroyo...En verde.