El corazón me llevará a lugares donde la razón nunca llegará. Quien no distinga esa diferencia, vivirá abrumado por aquello que requiere la sola Fe por la simple razón de que nunca fue diseñado para ser entendido. El Señor nos dio el regalo de la razón, la lógica y el sentido común, para aplicarlas en las cosas ordinarias que requieren planificación, orden y estructura. Pero cuando quiero hacer uso de ellas en ámbitos asignados a la fe simple, sucumbiré a la frustración, la desilusión y el desencanto de lo que escapa a mi control. La sabiduría y la inteligencia son realidades diseñadas para trabajar en conjunto y armonía. La inteligencia es el almacén de la información y los principios desde los cuales deberé usar la razón, la lógica y el sentido común. Pero es la sabiduría la que me permitirá distinguir los escenarios donde debo callar la voz de la inteligencia racional para dar paso al mundo de los inacabables recursos que posee la Fe. Quien necesite entender para creer, sólo podrá avanzar a la medida de lo que puede controlar y manipular desde la zona de su razón. Pero tristemente se perderá el vasto mundo de la herencia ganada por Jesús, donde reposa todo lo que es imposible alcanzar por ningún medio natural. NUNCA OLVIDES, QUE EL SUEÑO QUE DIOS COLOCÓ EN TU INTERIOR, JAMÁS SERÁ DEL TAMAÑO DE TU RAZÓN, SINO DEL TAMAÑO DE TU FE. Rubén Arroyo...Desde el Corazón.