“¿CÓMO SE LLAMA LA MONTAÑA RUSA ESA...?”...”ESPÍRITU SANTO”. A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma.” Hechos 23:11 Testificar de Jesús en Jerusalén había sido un completo desastre para Pablo. Los enemigos que se ganó por el Avivamiento que protagonizó en éfeso habían llegado desde Asia a Jerusalén y levantaron la ciudad contra él. Una paliza y unas bofetadas ordenadas por el sumo sacerdote había sido el resultado en medio de una multitud que gritaba ¡Muerte!. Jesús se le apareció al Apóstol en la noche y le dijo...”TEN ÁNIMO”. Que Jesús se le aparezca ya es extraordinario. Que sólo le diga “ten ánimo” podría parecer insuficiente después de tan traumática experiencia. Que le diga...”Vete a Roma y haz lo mismo que hiciste aquí”, es pedirle que regrese al mismo trauma pero con otros asesinos y torturadores. Esta vez obedecer no era una opción entre varias, puesto que ahora Pablo era un prisionero camino a Roma. Por lo tanto no existía tal cosa como “libre bajo fianza” o “libertad condicional” como opciones. Entre todos los escenarios abrumadores, desesperantes y llenos de extrema tensión que Pablo vive entre los capítulos 23-28 del libro de los Hechos, destaque esto... “Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos.” Hechos 27:20 Seguir las órdenes del Espíritu de Dios o movernos hacia una Palabra profética que se nos dio puede ser altamente confuso, abrumador y parecer que tu vida está completamente fuera de control... ¡BIENVENIDOS AL GLORIOSO MUNDO DEL ESPÍRITU SANTO! Sin sol, luna o estrellas por 14 días. Una tormenta implacable detrás, peligrosos prisioneros como compañeros que llevan 14 días sin comer, sin poder dormir y a punto de estallar en histeria y pánico. Seguir al Espíritu Santo puede ser confuso y desconcertante pero nunca será aburrido o predecible. En ocasiones frustrante y en su extremo podría hasta llegar a pensarse...”Perdimos toda esperanza de salvarnos”. ¿ESTÁ USTED EN UN LUGAR COMO ESTE?. ESTO ES LO ÚNICO QUE LE PUEDO DECIR... Dios está más dispuesto a guiarnos a nuestro destino, más que el anhelo que podamos tener nosotros de llegar allí. PABLO LLEGÓ A ROMA...¡Y USTED LLEGARÁ TAMBIÉN!. No sabe cómo lo hará, ni con quienes llegará, ni cuánto durará la jornada. Usted está en la Barca del Espíritu Santo llamada “OBEDIENCIA INCONDICIONAL”. ¡Apriétese el cinturón y disfrute la Montaña Rusa!. Y además de eso, si le parece...le presto la oración que me prestaron a mí... ORACIÓN CUANDO SE ESTÁ DESORIENTADO "Señor gracias. Porque sabemos que tú quieres que lleguemos a donde quieres que vayamos...más de lo que nosotros queremos llegar a donde quieres que vayamos". Rubén Arroyo...”¡Ay mi Madreeeeeeee!