COSAS ENORMES EN LUGARES NO TAN GRANDES.
José y Karen...y sus dos polluelos. Parecen inofensivos pero no lo son. Una familia Pastoral. La niña adora a Dios con su danza y con sólo 12 años el chico hace cortas películas con ingenio, creatividad única y actores tomados del ministerio infantil.
José y Karen son profesionales. Pero su sencillez, humildad y entrega a Dios y su obra es contagiosa. Pude abrazar, disfrutar y admirar la congregación que con energía, vida y visión han edificado en los Llanos, Coamo.
La Presencia del Señor en medio de su adoración es tangible. El cariño, la hospitalidad y disposición de su equipo de trabajo te hacen sentir amado en segundos. Nadie se sentiría extraño o ajeno en medio de este hermoso pueblo y estos dos extraordinarios Pastores.
Ministerio Volver a Soñar. El nombre no es un capricho de nadie. Fue dado por el Espíritu del Señor. Cuando llegué al lugar el viernes en la noche, apareció en mi mente por un segundo la palabra “VOLVER” en letras de oro y muy grande. Supe, que sería un lugar donde la gente tendría oportunidades de todo tipo.
Pasados cerrados. Puertas abiertas. Relaciones frescas y edificantes. Restauración y salvación. Sanidad y vida nueva.
Recuerde lo que les digo ahora. El Ministerio Volver a Soñar pondrá a soñar a muchos que sólo tienen pesadillas. A otros les devolverá los que perdieron. Y todos descubrirán en este lugar...
QUE HAY PERMISO DIVINO PARA VOLVER A SOÑAR
Rubén Arroyo...¡Qué glorioso lugar!
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