¡CUIDADO...POR AHÍ VIENE EL ESPÍRITU DE DIOS!
“Pero yo os digo la verdad: OS CONVIENE QUE YO ME VAYA; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.”
S. Juan 16:7
Para que el otro llegara él tendría que irse. Y esa extraña frase resume la explosiva importancia del Espíritu Santo en la vida de los creyentes. Ese Consolador sería otro Jesús que no sólo estaría “con” ellos sino que estaría “en” ellos y “sobre” ellos.
CON...EN...Y SOBRE.
Según Juan, una de las señales del Mesías sería que “él os bautizará en Espíritu Santo y fuego”. El mensaje de Juan consistía en arrepentirse, convertirse y bautizarse. El de Jesús incluía la poderosa Presencia del Espíritu Santo y su fuego.
La intención de Jesús con el Espíritu Santo no era que se convirtiera en una teoría debatible. Tampoco en un argumento teológico. Nosotros lo convertimos en un buffet de opciones.
Con lenguas o sin ellas. Con sus dones o sin ellos. Como una sola experiencia que lo contiene todo o un concierto de ellas progresiva y con consecuencias.
Una realidad con manifestación u otra donde sólo crees sin que nada lo confirme. Sólo una cosa sé...
A DONDE QUIERA QUE IBAN LOS QUE ESTABAN LLENOS DEl ESPÍRITU DE DIOS COSAS EXTRAORDINARIAS Y SOBRENATURALES OCURRÍAN.
No tengo opciones. Si lo tengo los milagros para mí serán algo natural y lo anormal será que no ocurran.
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