DESDE LA COSECHA
Dios nunca multiplicará nada en el área donde no doy nada, porque la entrega de lo que tengo es lo que gobierna la ley de la multiplicación en el Reino.
Cuando no doy por retener la semilla, no advertimos que paralizamos la cosecha.
Dios sólo multiplica aquello que se le entrega. Nos perdemos la dimensión profética del dar. Dios entregó a su Hijo para multiplicar generaciones de "Hijos". Dentro de su semilla estaba su cosecha.
Esa es la dimensión profética del dar. Ya no des desde lo que tienes sino desde lo que recibirás. No desde tu semilla, sino desde tu cosecha.
Rubén Arroyo...Desde mi Cosecha
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