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FAVOR DE DIOS...BAÑADO EN MIEL Y EN CONSECUENCIAS.


FAVOR DE DIOS...BAÑADO EN MIEL Y EN CONSECUENCIAS.


“Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.”

‭‭S. Lucas‬ ‭1:28‬ ‭


Después de la frase “la gloria de Dios” dudo mucho que exista otra declaración más significativa para un creyente que tener “el favor de Dios”.


María era una adolescente sencilla de una ordinaria y pequeña aldea. Su vida debió ser bien rutinaria y común, hasta ese día tan abrumador y aquella intensa experiencia.


Aparece un ser del otro mundo. Le asegura que ella es muy favorecida por Dios a tal punto que es bendita entre TODAS las mujeres. Y luego le dispara la noticia de que se convertirá en madre del hijo de Dios y quien la preñará será el Espíritu Santo.


La biblia dice que “se turbó”, pero se rindió a la decisión divina. ¡Extraordinario!...¿no?. Esa es la parte majestuosa que implica gozar del “favor del Señor”.


La otra cara de la moneda es esta. María tiene que ir a darle la noticia a sus padres. Sólo que no hay un precedente en la ley, ni en los Profetas ni en el salterio.


Sin anestesia...”¡Mamá, Papá, estoy preñada sin acostarme con nadie y mi bebé es hijo de Dios producto del Espíritu Santo que me cubrió aleluya gloria a Dios, y adivinen qué...me lo dijo un ángel bien bonito!”. “¿Por qué no me acompañan a casa de mi novio para que celebremos la noticia de que él va a ser Padrasto del hijo de Dios desde antes de casarnos?”.


Ni le creyó Minga ni Petraca tampoco. Doña Miya asegura que ella sabe quién es el verdadero padre. Y Eustaquio el vecino jura y perjura que el apellido de José es “el Venao”.


Estigma, crítica, difamación, murmullo, rumores, etiquetas, infamia, mentiras, abandonos, traiciones...


Si fuera un examen de selección múltiple es inevitable elegir...(j)Todas las anteriores. Y...


ESO ES SER MUY FAVORECIDO.


Miel y Hiel van tomaditas de la mano cuando el favor de Dios está sobre alguien. David gozaba del favor de Dios al mismo tiempo que se escondía y huía de un asesino que lo persiguió durante unos 14 años.


José disfrutaba el favor de Dios con una túnica de esclavo primero y un uniforme de presidio después. Eso, sin contar la paliza en el desierto y el odio de los que tenían su apellido.


ME GUSTA...PERO ME ASUSTA.


Así que...piénsalo bien si vas a pedirlo.


Rubén Arroyo...”he aquí el siervo del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra”. Lo dijo María.

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