NO ME OIGAS...¡ESCÚCHAME!
Simplemente no es lo mismo aunque lo parezca. Oír es recibir el sonido. Escuchar es percibir lo que el sonido contiene.
Oír se concentra en cómo yo percibo lo que oigo. Escuchar se concentra en qué realmente me dice el que me habla.
El que oye se prepara para responder al que habla. El que escucha se prepara para entender al que habla.
Oír es un acto que hago desde "mis zapatos". Escuchar me permite ponerme en los zapatos del otro. Porque oigo es que pongo a otros en su lugar. Porque escucho es que me coloco en el lugar del otro.
La gente está buscando a quien quiera escuchar porque ya tiene demasiada gente que le oiga.
Rubén Arroyo...¿Me escuchaste?.
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