NO TE PIERDAS EL VINO...POR CULPA DEL ODRE.
"Quiero ser parte de cualquier cosa que estes haciendo aunque lo que hagas, no se parezca a lo que aprendí”.
Esta fue la oración que hice en una habitación de hotel en Cúcuta, Colombia, de rodillas ante una majestuosa convicción de que no podría huir más de un llamado pastoral.
Por alguna razón, no tenía temor de explorar territorios nuevos y diferentes a lo tradicional si era Dios quien los protagonizaba. Temprano aprendí, que el mayor enemigo de lo que te falta conocer es lo que conoces ya.
Moisés estaba tan acostumbrado a que Dios le dijera..."golpea con la vara", que cuando Dios le dijo "háblale a la piedra", la golpeó como lo había hecho la primera vez.
No estaban lejos de cruzar el Jordán y Dios quería cambiar el diseño de “golpear” por el de “hablar”.
No cambiar de odre cuando Dios se dispone a derramar vino nuevo le ha costado a más de uno no entrar a su tierra prometida.
EL DISEÑO DE LA VARA ERA EFECTIVO EN EL DESIERTO, PERO NO LO SERÍA AL OTRO LADO DEL JORDÁN.
Saúl estaba tan acostumbrado a ganar batallas con su armadura, que ante un nuevo reto llamado Goliath quiso que David la usara También. Al no poder caminar con ella, David la echó a un lado.
EN LA SOLEDAD DEL DESIERTO, DAVID HABÍA DESCUBIERTO EL DISEÑO DE LA HONDA.
Nuevo reto es igual a nuevo diseño. Vino nuevo no caerá sobre odre viejo. La columna de humo en el día y la de fuego de noche desaparecieron tan pronto el Arca de la Presencia entró al Jordán.
Y siempre será así. Si no abres tu corazón a lo que Dios hace por estar acostumbrado a la vara, o a las columnas de humo y fuego, verás desde lejos a otros entrar a lo que a ti te prometieron también.
Rubén Arroyo.....Rompiendo Odres.
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