NO TE SORPRENDAS...PODRÍAS CREER Y NO CONFIAR
“¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.”
Éxodo 14:12
Cuando se trata del Señor creer en él y confiar en él no son lo mismo. Y por el contrario, ambos conceptos podrían viajar en direcciones opuestas.
¿Ha conocido a alguien que se define como creyente al mismo tiempo que sus estados de ánimo y vocabulario revelan absoluta incredulidad?. De veras que no intento ridiculizar a ninguna persona ni deshonrarla, sino reforzar mi creencia sobre la diferencia entre creer y confiar.
Cuando me presentan una persona, para mi es claro que esa persona existe. La tengo frente a mi. Pero confiar en ella no viene de la mano con el confirmar su existencia. Tengo pruebas de su existencia pero aún no tengo nada que me diga que puedo confiar en ella.
Israel tuvo todas las pruebas que quiera usted de la realidad de la existencia de Dios. Y tiene también todas las pruebas que quiera usted acerca de su desconfianza hacia Dios. Encontrará versos como el que inicia mi nota esparcidos por todo el Pentateuco.
Soy predicador de las escrituras. Conozco el poder de la revelación de la palabra y también de los efectos de una relación de intimidad con el Señor.
REVELACIÓN Y RELACIÓN SON LOS COMPONENTES VITALES DE LA CONFIANZA EN EL SEÑOR
Esa confianza es afirmada y confirmada al descubrir su fidelidad en su historia personal con él. Cuente las veces que Dios le ha fallado y luego compárelas con las veces que le ha fallado usted y descubrirá quién es el indigno de confianza.
Créame...
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