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“OÍSTEIS QUE FUE DICHO...MÁS YO OS DIGO” - JESÚS


“OÍSTEIS QUE FUE DICHO...MÁS YO OS DIGO” - JESÚS


Lo que diría después de esa frase, siempre fue una espada que atravesaba lo tradicional, lo convencional, lo cultural y sobre todo lo religioso de su tiempo.


Pocas frases en el Nuevo Testamento contenían la pólvora de esta.


Por eso no nos asombra la persecución, la burla, la crítica, la difamación, la distorsión constante que hacían de sus hechos y de sus palabras.


Nada de lo que sufrió lo hizo retractarse de las cosas que decía o hacía. No lo intimidaron ni lo convencieron de que tuviera más tacto la próxima vez o lo dijera de otra manera. Él representaba a otro mundo y a otras realidades con verdades superiores.


El no era la imagen de algo sino la realidad de alguien. No contenía apariencias sino transparencia. Les confieso que una intensa preocupación, una crisis de conciencia y una incómoda confrontación se agita dentro de mí mientras escribo.


Me gustaría quitarle responsabilidad a su mandato. Evadirlo de alguna manera. Excusarme con el argumento de que este es otro tiempo, otras realidades y otra gente. Me gustaría convencerme a mí mismo con el argumento de que esta es la “Generación Ofendida”. Que vivimos dentro de la “Cultura de la cancelación” y que gobierna el concepto del “all inclusive” estés de acuerdo o no.


Eso de morir al temor del hombre siempre resulta más fácil decirlo. Pero si no ocurre, no podremos cumplir nuestra más enfática asignación:


“...Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.”

‭‭S. Juan‬ ‭20:21‬ ‭


Y nos dejó sin opciones. Hay que decir lo que hay que decir y hacer lo que hay que hacer. Callar es hacerse cómplice y dejar de hacer lo que se tiene que hacer podría ser tan pecado como hacer lo indebido.


Callarse por miedo al insulto. Saber de antemano que no faltará quien se ofenda o se sienta aludido. Dar por sentado que alguien tendrá el “meme” indicado, la actitud intolerante o su “humilde opinión” vestida de arrogancia no implica licencia para el silencio y permiso para no meterse.


El diablo hablará dondequiera que un ministro se calle. Y a él no parece intimidarle la opinión de los hombres....excepto...


Si como Jesús en el desierto, la Palabra de ese hombre representa un mundo más elevado que el de los hombres.


Rubén Arroyo...Entre Hombres.

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