QUE 20 AÑOS NO ES NADA
Se le fue deshilando la niñez y alguien por capricho adornó con tacos sus zapatos.
No supe cuándo pero entretanto
su boca cambió de tono llenando de rojo sus labios.
El maquillaje escondió a la niña y la mujer se abrió paso sin darme cuenta detrás de mis retazos.
No habló conmigo el tiempo para pedir permiso. Me robó a la niña y entre piso y piso el edificio de la vida se reía conmigo.
Fue su madre la que la cosió entre encantos y yo fui aquel que entonando cantos, le formaba el alma sin saber aún...para cuál extraño.
Rubén Arroyo...¡Felicidades a la que me hizo padre!
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