SÓLO QUIERO...UN CORAZÓN QUE TE OIGA
“Da, pues, a tu siervo CORAZÓN ENTENDIDO para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?”
1 Reyes 3:9
Salomón tiene conciencia de lo que tiene y también de lo que le falta. Posee licencia de Dios para pedir lo que quiera, pero la descomunal responsabilidad de dirigir una nación escogida por Dios coloca bajo el “spotlight” lo que le falta.
En esa multitud a la cual debe dirigir habrá de todo para todos los gustos. Gente dócil y gente rebelde. Gente comprometida con él y la nación y gente comprometida consigo misma y su agenda personal. Gente que de buen gusto reconoce quién está asignado a guiarle y gente que es su propio guía y asegura que puede dirigir a otros igualmente.
Tendrá algunos que sabrán buscar la voz del Señor antes de una decisión de destino y otros que se escuchan a sí mismos para buscarlo. Algunos son reactivos a lo primero que escuchan y otros esperarán hasta escuchar la voz correcta.
Salomón tomará decisiones que afectarán una Nación y para eso será vital separar la voz del Señor de las otras voces. Separar la apariencia de algo del corazón de ese algo. Ignorar el juicio de los hombres buscando la justicia de Dios.
Y PARA ESO PIDE CORAZÓN ENTENDIDO.
Es esta la era donde en la iglesia abunda lo aparente, superficial, desechable y provisional. Juzgar con Justicia y discernir entre lo bueno y lo malo, no estará en el chisme de ocasión, la versión privada de un solo lado, y una agenda con apariencia de piedad.
NECESITAMOS A DIOS MISMO Y SU ASOMBROSA SABIDURÍA DERRAMADA SOBRE UN CORAZÓN ENTENDIDO.
Rubén Arroyo...”Dame Señor, un corazón que te oiga”.
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