Una Promesa De Dios es el Mejor antídoto Contra el Temor:
El creyente no ha sido llamado a sobrevivir sino a reinar. Una correcta dosis de temor es sana y preventiva. Nos permite tomar medidas responsables ante una potencial crisis.
Sin embargo, el pánico no es una zona normal en las emociones de un creyente. No estoy diciendo que no haya razones en ocasiones extremas de sentir pánico. Sólo afirmo que el pánico tiene la habilidad de revelarnos el área acerca de la cuál una promesa de Dios no ha sido revelada o simplemente ha sido ignorada.
En su caso extremo, ante el conocimiento de la existencia de una promesa del Señor que sin dudas está atacando el corazón de esa crisis, yo tendré la opción de creer...o elegir el temor como el objeto de mi fe. Parece absurdo pero...
EL TEMOR PODRÍA SER...FE COLOCADA EN EL LUGAR EQUIVOCADO.
Rubén Arroyo...
Commenti