EL DESASTRE EN TU RUTA ES EL DESVÍO HACIA LA RUTA
“Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.”
Hechos 28:4
Si hubiera existido en su época algo así como la “Fraternidad de la Mala Suerte”, Pablo sería el Presidente.
Lo llevaban preso, el Barco que lo conducía a Roma naufragó, y sobreviviendo al naufragio una víbora venenosa lo mordió. ¿Qué pensaría la gente de su ministerio, si a un ministro le ocurriera todo eso cada cosa después de la otra?.
“El juicio de Dios lo alcanzó”...”Yo sabía que era un falso Ministro”. “Mmm. Dios sabe todas las cosas y seguramente se lo merecía”. “A mí no me sorprendió, la conozco desde la universidad”. “Algo me decía que esa tipa era una hipócrita”. Yo acabé ahí pero tiene usted licencia para continuar la lista como bien se le antoje.
Échale un vistazo a Hechos, y descubrirás que algunas cosas estaban en el itinerario de Pablo y otras le cayeron “del cielo” sin estar en agenda. El Espíritu Santo es así. Crees que llegarás por una ruta y el te desvía la ruta llevándote a otro lado, otra cosa y a otra gente que nunca estuvo en tu agenda.
El Apóstol terminó en Atenas porque una mafia judía en Tesalónica lo sacó de la ciudad. Viajó a Troas porque el Espíritu Santo le cerró la puerta a Bitinia, y aterrizó en Malta porque su barco se hundió en el Mediterráneo.
Creyeron que moriría después que la víbora lo mordió. (Ya vi tu sonrisita. Otros también creyeron que tú morirías cuando la víbora te mordió).
Pero en vez de eso, sanó la fiebre de un hombre poderoso, sanó a todos los enfermos que habían en Malta, y provocó un Avivamiento en la Isla.
El Espíritu Santo podría ser extraño y violento en sus Caminos, Pero es un experto haciendo que llegues a dónde quiere cuando menos lo esperas, por la ruta que no esperas y por medio de quienes menos imaginabas.
¡Y TODO ESTO DETRÁS DE UN DISFRAZ LLAMADO FRACASO!.
Rubén Arroyo...¡Ah, el Espíritu Santo!
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