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ES TUYO...PERO ES MÍO.


ES TUYO...PERO ES MÍO.


“Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque JEHOVÁ NO LE HABÍA CONCEDIDO TENER HIJOS. Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos.”

‭‭1 Samuel‬ ‭1:5-6‬ ‭


Dios le concedería a Ana el parir a uno de los más grandes y más venerados Profetas de Israel. Un hombre que operaría en los roles de Juez, sacerdote y Profeta. Ungiría al primer rey de Israel y también al más grande y recordado monarca de la nación...¡el gran David!.


¿Por qué si Dios la ha elegido para traer al mundo a Samuel, al mismo tiempo no le concede tener hijos hasta la humillación y la desesperación?.


PORQUE ES EL NO TENER ALGO LO QUE MÁS INTENSIFICA EL DESEO DE TENERLO


Es precisamente esa frustración desesperada, ese anhelo ardiente que va creciendo hasta la desesperación lo que puede llevar a alguien al sacrificio extremo.


Ana no podía tener un anhelo casual por un hijo. No lo podía tener para sólo compensar un requisito cultural o un antojo social. Tampoco para ser igual que las demás.


Ana debería tener el tipo de hambre desesperada y extrema que la llevara en llanto a prometerle a Dios que le dedicaría totalmente al mismo hijo que le pedía.


Y NO SE LO CONCEDIÓ...HASTA QUE ESTUVO PREPARADA PARA DEVOLVÉRSELO.


Dos personas usó El Señor a favor de su plan. Una mujer que se burlara de Ana por su condición de que Dios no le concediera hijos, y un marido que la amaba por encima de la que la torturaba. Burla y rechazo de un lado, amor y una escogida porción por el otro.


CUANDO DIOS TIENE GRANDEZA PARA DARTE, PROVOCARÁ HAMBRE POR ESO HASTA DESESPERARTE.


Dios no responde al hambre casual, conformista y provisional, sino a la pasión ardiente que te lleva a ofrecerle por ofrenda total...Lo mismo que le pediste.


Rubén Arroyo...Para Él...me parió mi madre.

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