Y ESE DÍA…LAS LÁGRIMAS ORARON POR MI
“…Pon mis lágrimas en tu redoma; ¿No están ellas en tu libro?” Salmos 56:8
Sólo a Dios se le ocurre coleccionar libros que registran lágrimas. Si registra lágrimas es porque ellas cuentan historias que las palabras no pueden contar.
Hay lágrimas que describen el corazón roto de una mujer al firmar la sentencia de divorcio, o el de una madre esperando saber del hijo que no regresó a casa esa noche.
¿Te has quedado en silencio delante de Dios alguna vez dejando escapar sólo lágrimas porque las palabras no son suficientes para describir lo que sientes?. El Señor creó lágrimas que hablan un idioma que sólo Él entiende.
Son tan valiosas para Él como la oración. Él sabe que cuando no sabes qué decir, las lágrimas lo sabrán decir por ti. Tú quizá no recuerdas el discurso de dolor de aquel día, porque no dijiste nada ese día. Pero Dios escribía lo que no decías, porque ese día…
TUS LÁGRIMAS ORARON POR TI.
Rubén Arroyo…Y Él las recogió en su redoma.