🎶 SE ME OLVIDÓ QUE TE OLVIDÉ🎶 “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.” Salmos 103:2 David no estuviera exhortándose a sí mismo a recordar sino fuera por lo dispuesta que parece estar su alma a olvidar. Es casi automático en nosotros los creyentes recordar a menudo lo que deberíamos olvidar, mientras olvidamos rápidamente lo que deberíamos recordar más. Es quizás por eso, que Dios solicitaba a su pueblo después de una de sus grandes proezas, a que levantara una especie de “monumento” que les recordara lo que Él hizo por ellos. Israel levantó altares por dondequiera Dios hacía una gran obra. A VECES PIENSO QUE DEBERÍAMOS HACER ALGO PARECIDO. Es fácil olvidarse de lo que Dios hizo por ti cuando estás viviendo un momento donde al parecer Él está demasiado quieto o extrañamente silencioso. Cuando nos enfocamos en lo que parece que Dios NO ESTÁ HACIENDO, es fácil pasar por alto lo que SÍ ESTÁ HACIENDO. ¿Habrá vuelto Pablo al lugar en Damasco donde Jesús lo sorprendió la primera vez?. ¿Habrá Pedro remado una vez más en la misma barca donde el maestro lo invitó a convertirse en pescador de hombres?. ¿Tocaría años después Moisés, la zarza que nunca se consumió?. ¿Recordaría José la túnica de colores cada vez que se ponía la de seda?. NO TENGO LA MENOR IDEA...¿O SÍ?. DESPUÉS DE TODO... A veces recuerdo con intención, lugares donde la Presencia de Dios interrumpió mi rutina. Reuniones en donde en forma inesperada el Espíritu Santo me invadió sin avisar o contemplé de primera mano una de sus espectaculares obras. ES FÁCIL OLVIDAR LO QUE HIZO...CUANDO LO QUE TIENES FRENTE A TI GRITA INTENTANDO SECUESTRAR TU ATENCIÓN. Rubén Arroyo...¡Y no olvides ninguno de sus beneficios!.