SICARIOS DEL OTRO MUNDO
“...hasta que Jehová puso sus enemigos bajo las plantas de sus pies.”
1 Reyes 5:3
“...Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.”
1 Juan 3:8 RVR1960
Consagración, santidad y poder. Esa será la esencia de una nueva raza de líderes que se irá posicionando hasta invadir todo organismo que ejerce influencia en una cultura.
Consagración es la entrega total a una misión. No posee una asignación. La asignación lo posee. No piensa en otra cosa, no siente otra cosa y toda cosa tendrá que someterse a esa sola cosa. Cumplir todo deseo de Dios será su pasión.
Santidad como resultado de la sola acción del Espíritu Santo en el contexto de una relación íntima con el Señor y la sola escritura como fundamento total.
No es la santidad descrita en el reglamento de la nominación. Tampoco el caprichoso listado de la religión institucional.
Es la pureza de la sola acción del Espíritu Santo en el quebrantamiento total del ego crucificado. La pureza que nace de la presión del sufrimiento y la íntima relación en secreto con Dios.
El poder, no será el eco impostor de un tono de voz, o una ilusión disfrazada de títulos o posiciones. Sino la explosiva manifestación de un mundo superior que deshace las obras de las tinieblas en una demoledora manifestación sobrenatural.
Será el verdadero poder que nace de la investidura del Espíritu Santo por medio de la compasión y la humildad de un carácter procesado.
Rubén Arroyo...¡Expectante!