TE FELICITO POR TU ÉXITO, YA ESCUCHÉ...QUE FUISTE CRUCIFICADO.
“Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque PARA ESTO he sido enviado.”
S. Lucas 4:43
Había tenido éxito en la ciudad donde predicó pero Jesús no quiso “acampar” donde el éxito se presentó. Siempre obedecer el mandato de su Padre estaría por encima del resultado de obedecer.
Todo Israel debía escuchar el mensaje del Mesías lo creyera o no. La cantidad de creyentes era importante pero la asignación de su Padre no consistía en quedarse en el lugar donde recibiera más aplausos ni en la ciudad donde fuera más reconocido y honrado.
La prioridad de Jesús era proteger su relación con el Padre mediante la obediencia. Nada para él era más importante que eso y ese valor del reino nos fue encomendado también a nosotros.
“Como me envió el Padre, así también yo os envío.”
S. Juan 20:21
Ser aceptado o rechazado. Ser elogiado o criticado. Obtener cosecha o no, finalmente no es el principio que define éxito. El resultado no determina si se fue exitoso o no. La obediencia al Padre es éxito aunque termines clavado en una Cruz como resultado de obedecerlo.
Rubén Arroyo...Desde el Lugar secreto.