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Y CUANDO CERRÉ LA PUERTA...DESCUBRÍ QUE NO ENTRÉ SOLO.


Y CUANDO CERRÉ LA PUERTA...DESCUBRÍ QUE NO ENTRÉ SOLO.


“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

‭‭S. Mateo‬ ‭6:6‬ ‭


No importa cuántas personas oren por ti ninguna oración te afectará tanto ni tan profundamente como la que hagas tu.


Así como tu huella digital es única, irrepetible e irreemplazable, existe en tu espíritu una huella digital única, irrepetible e irreemplazable que convierte el diseño de tu relación con el Señor en una que ningún otro ser humano puede imitar ni tener.


“...entra a tu aposento y CERRADA LA PUERTA...”


No tendrás una pantalla enorme frente a ti proyectando un pasaje bíblico que el predicador o el Pastor eligió por ti. Tampoco una banda de adoración que te invitará a adorar con las canciones que ellos eligieron y no tú.


Oirás el mensaje que todos oirán y que tendrá su valor. Pero es el mensaje que el predicador encontró desde su propia búsqueda, no el que hubieras recibido tú...después de “cerrada la puerta”.


Esa frase...”y cerrada la puerta”, implica que todo ruido distractor no sólo está prohibido sino ilegal detrás de esa puerta. El teléfono no estará cerca. Las redes sociales dejaron de existir. La iglesia, la empresa y el trabajo entraron en absoluta pausa.


Dios también habrá “cerrado su puerta”. Toda su atención será dirigida a ti. Eso lo garantiza la otra frase. “Y tu Padre que está en secreto”. ¿Lo viste?


CUANDO TÚ DECIDES CERRAR TU PUERTA PARA ESTAR CON ÉL...ÉL CIERRA LA SUYA PARA ESTAR CONTIGO.


Tu Pastor no logró convencerte de que el culto no te provee lo que proveerá tu propia historia con Dios. Ahora quizá, un virus afuera de tu puerta...


TE CONVENCERÁ DE QUE ÉL ÚNICO LUGAR SEGURO SE ENCUENTRA...”AL CERRAR LA PUERTA...EN TU APOSENTO...CON EL QUE VE EN LO SECRETO”.


Allí descubrirás...la huella única, irrepetible e irremplazable que siempre ha tenido tu espíritu consigo, que para tu sorpresa..será la misma huella que posee Dios...en su Espíritu.


Rubén Arroyo...Y de pronto...dejó de ser secreto el secreto.

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